En un contexto de fuerte crecimiento económico tanto en España como en Asturias, las oportunidades de negocio eran muy atrayentes.
El país estaba saliendo de una autarquía y la modernización de casi todos los sectores de la economía estaba a punto de comenzar. El sector del transporte de viajeros, por carretera, no estaba al margen de los nuevos aires de cambio.
De manera retrospectiva, no es de extrañar que personas con inquietudes empresariales percibieran una excelente ocasión para emprender sus proyectos.
D. Elías Quince Vigil y D. Óscar Fernández Ordóñez aprovecharon aquella oportunidad.

Talleres felicidad
Año 1957, compuesto por 5 trabajadores.
Por aquel entonces, D. Elías se dedicaba de forma autónoma a reconstruir unos vehículos para viajeros, de unas 10 plazas que apodaban como “rubias”. Algunas empresas asturianas del transporte le solían contratar para que les asesorase y ayudase a fabricar carrocerías sobre bastidores, que por cierto, también había que recomponer a base de componentes de diversa procedencia.
D. Óscar trabajaba en el sector dedicado a la fabricación y reparación de todo tipo de carros, en una empresa localizada en El Berrón.
Como ambos gastaban vida en ésa localidad, -cerca de Noreña- quiso el destino que un buen día dieran por hablar sobre emprender juntos una nueva aventura empresarial. Sobre carrocerías.
Puestos a la obra, alquilan un pequeño taller en Noreña. Comienzan reparando todo tipo de autobuses. Había que, en primer lugar, ganarse la confianza de los empresarios del sector.
Le ponen de nombre a la empresa; Talleres Felicidad. La primera nómina la componen 5 trabajadores incluidos D. Óscar y D. Elías

Primera Carrocería 10 mts y 35 asientos llamada Ferqui
A la actividad reparadora, añaden, en el año 1958, la fabricación de la primera carrocería, 10 mts, 35 asientos, a la que bautizan comercialmente como Ferqui; un acrónimo de los primeros apellidos de ambos socios.
Los primeros años son extremadamente duros. La falta de recursos financieros para la compra de maquinaria se suple trabajando en jornadas interminables. Arriesgan sobremanera, y los resultados no tardan en presentarse: Aumento de clientes y una ganada confianza en el sector. Afirmaban que al mismo tiempo que captaban un cliente, ganaban un amigo.
Además de reparar y carrozar sobre diversas marcas de chasis, Pegaso, Barreiros, Avia, Ebro, fabrican carrocerías para vehículos especiales, tanto mixtos como de mercancías. Furgones para actividades que iban desde el sector del mueble, los conocidos capitones, carrocerías especiales para el transporte de alimentos perecederos, expositores móviles, por citar los más demandados.
Sin olvidarnos de una actividad especial realizada sobre unos turismos americanos, los famosos “haigas”, adquiridos de segunda mano, y que servían para ser transformados en vehículos para el transporte funerario.
Puede decirse que a mediados de la década de los 60, el desglose de actividad estaba dividido a partes iguales entre reparación de autobuses, fabricación de vehículos especiales tanto mixtos, como de especiales de diversos productos, así como la fabricación de carrocerías para autobuses y autocares de todos los tamaños y clases.
Alentados por el constante crecimiento de la demanda tanto en Asturias como en las regiones limítrofes, y la fuerte confianza depositada por los clientes, toman la decisión de comprar unos terrenos en el mismo municipio de Noreña y construir una fábrica. Corría el año 1966.
No es hasta marzo de 1.969, cuando de forma definitiva, toman la decisión de constituirse en sociedad mercantil bajo la denominación de Carrocerías Ferqui, S.L. con las participaciones repartidas por igual entre ambos socios.
A partir de los 70 continua el afianzamiento de la sociedad en el sector del transporte de viajeros. Aquella década la empresa se consolida en el sector, pasando a tener una plantilla cercana a las 40 personas.
Al mismo tiempo, se va produciendo un cambio paulatino en el tipo de actividades. La construcción de carrocerías de autobuses goza de un fuerte crecimiento en detrimento de los vehículos especiales de mercancías, concrétamente los que más relación tenían con el sector del mueble, frigoríficos, etc.
La reparación mantiene su porcentaje de actividad cercano al 50 % de la facturación.
A mediados de los 70, los fabricantes de chasis dan un salto cualitativo tremendamente importante. Salen al mercado una nueva generación con los motores colocados en la parte trasera, aumento de potencias, mejora de la suspensión. Al hilo de la mejora de los chasis, no es extrañar que se aproveche para abandonar el barroquismo de las líneas exteriores y hagan su aparición las carrocerías con diseños más estilizadas. El resultado de todo aquello es que las empresas de transporte comienzan a ofrecer rutas de mayor alcance con mejores servicios para el viajero. Es la puesta de largo del autobús.
Fruto de ese momento es el lanzamiento, a principios de los 80 del modelo Condal A. Con capacidad para 55 asientos, y sobre chasis con motor trasero.

Modelo Condal A. 55 asientos y chasis sobre moto trasero

En dicha década, D. José María Fernandez, hijo de D. Óscar y D, Faustino Quince, primer hijo de D. Elias, la segunda generación, comienzan a tomar responsabilidades en diversas departamentos de la empresa.
En los 80 y hasta mediados de los noventa. La actividad se desglosa en torno al 40 % destinado a carrocerías para autocares, de todos los tamaños, un 20 % a vehículos especiales como el que se puede ver en la foto, y un 40 % destinado a la reparación de autobuses.
Los 80 fueron años de un fuerte crecimiento del sector en España. Quizás la década dorada del sector, en general.

